Ella perdió a su bebé… eso le pasa porque apoyaba el aborto.
Ellos se divorciaron… eso pasa porque apoyaban el matrimonio igualitario
El no se ha casado… eso pasa porque se lleva con esos amigos que no son cristianos
Les robaron su casa… eso pasa porque seguían dando caridad a esos extranjeros que vienen a robar
¿Que ilógico suena verdad? Pero lo he escuchado tantas veces.
Nos sentimos jueces tan lógicos ante la desgracia de otros.
Tal como los amigos de Job estamos convencidos del por qué, cuándo y dónde de lo que merecen otros solo por que no actúan como nosotros.
Pensamos que Dios actúa de esta manera solo porque es la manera en que nosotros actuaríamos, confrontamos las consecuencias de la vida de otros solo con temas relacionados a sus errores, pecados y dolor, por lo tanto creemos que se lo merecen
A Jesús tendríamos que decirle:
Lo crucificaron… es que comía con pecadores, tocaba a los intocables, defendía a mujeres impuras, retó a los maestros de la ley, rompió algunas reglas de Moises y predicaba amor. Se lo merecía
No puedo decirte por que te pasan las cosas, muchas de las veces no entiendo lo que me pasa a mi, pero estoy segura que no es el plan de Dios que sufras y peor aún por demostrar amor, empatía y confianza para aquellos olvidados, tal como lo hizo Jesús
El reto hoy en día es demostrar que comprendes lo que viven otros y que no hay condenación y juicio de tu parte solo porque piensas que ellos no viven como tu
Y sí, las decisiones tienen consecuencias, pero no eres tú el adecuado ser intachable para decirle a alguien todo lo que está mal en su vida. Jesús también hubiera revolucionado con sus decisiones tu vida.
En medio de la prueba no necesitamos que nos acusen o nos digan todo lo que hacemos mal, necesitamos a alguien que nos muestre un Dios de propósitos, nuevos comienzos y amor