Sí, como lo lees y aunque quieras refutarlo, el amor no es para siempre.
Vi hace unos días en Facebook una frase: «Si el amor termina es que nunca fue amor». Para conseguir likes es una buena frase, pero no es real. Si no me crees, pregúntale a uno de tus amigos que se divorció, que amaba a la persona con la que estaba, pero por circunstancias varias tuvo que terminar esa relación y empezar otra.
El amor no es para siempre porque no es un chip que se instala y te programa, es un proceso que se trabaja diariamente. Es un esfuerzo constante, un aprendizaje y un disfrute, pero no es que si amas hoy, amarás mañana, eso lo decides tú. Se mantendrá vigente siempre y cuando trabajes por él.
Hay relaciones que terminan en las que yo no dudo de que hubo amor, pero es un viaje y puedes amar a alguien y aún así decidir terminar la relación. El amor no está en duda, quizá no fue tan fuerte para seguir o hay otras circunstancias que aún el más grande amor no logra superar.
Dejemos de usar las relaciones de otros como referente del amor.
Tu historia será la mejor que tú puedas tener o la peor, depende de quién te acompaña, de las decisiones que tomes y de tu disposición a aprender. Hoy puedes decir «Te amo» gritando y con el corazón a mil y aún así tener no sentir algo en unos meses o años. ¿Quiere decir que el amor se acabó? No, quiere decir que va madurando y deja de basarse en emociones para pasar a las convicciones.
El que lee esto y es de los refutadores bíblicos dirá «pero Pablo dijo que el amor nunca deja de ser». No lo dudo. Solo recordemos que «ser» es algo que se trabaja, se construye. El amor no es un bloque, ni un software, ni una vacuna, es una decisión que se trabaja y se demuestra en un proceso. Si quieres que el amor sea, debes permitirlo ser y trabajar para eso.
El amor no es para siempre porque cada día eliges amar, a pesar de, aunque, más allá de…