Me gusta cuestionar. Quienes han leído el blog por algún tiempo se habrán dado cuenta de eso. Me gusta preguntar, repreguntar, mirar desde diferentes lugares. Lo he hecho por años, en casa, en la iglesia, en el colegio, en mi vida, en la radio, pero hoy les contaré algo que empezó en el 2016.
Hace dos años, empezó un proceso con Dios en el que utilizó a mis amigos, compañeros de trabajo y a la iglesia. Durante este proceso aprendí muchas cosas, entre ellas me di cuenta que cuestionar es muy sencillo.
Muchas personas me escribían contentas de que alguien las represente. Me decían «tú dices lo que yo no me atrevo a decir» y sí, así ha sido y así es, pero después de este proceso me pregunté algo: ¿cuestionar es suficiente?
Mirando hacia atrás encuentro a miles de cuestionadores, partiendo desde Jesús, pasando por Lutero, la princesa Diana, todos los que se te ocurran. Encontré algo en común en los cuestionadores que trascendieron: no solo cuestionan, sino también hacen una propuesta.
Jesús tenía una propuesta lista para cada cuestionamiento que hacía. Martin Luther King no marchó sin saber qué buscaba. La princesa Diana cuestionaba la lejanía de la supuesta realeza y su manera de cuestionarla fue acercándose a la gente y movilizando a millones de personas a donar para múltiples causas.
Podemos patear todo y a la vez ayudar en nada.
En mi caso, cuestionar es el primer paso y siendo sincero con ustedes, no sentía la necesidad de ir más allá. Cuestionaba con la esperanza de que el hecho de denunciar fuese suficiente, pero ahora me doy cuenta de algo: miles de millones de personas creen en lo que creen porque están convencidos de eso. Que yo diga que están mal no ayudará mucho. ¿Qué opción tenemos? Conocer a otros, acercarnos, escucharlos, mirar cómo viven.
Cuestiona, no dejes de hacerlo. Tómate el tiempo que necesites, solo no te olvides que echar la pared de otro podría ser un acto de valentía y a la vez de violencia. Quitar el piso a otros no resultará tan útil si no tienes otro lugar sobre el cual puedan ponerse de pie.
Me cuesta aún, preferiría solo cuestionar, pero como dice Lucas Leys: todos pueden hacer un diagnóstico, pocos pueden hacer una propuesta. Quiero seguir cuestionando, pero también quiero juntarme con otros y aprender a proponer, porque solo así lograremos cambios profundos.