Mayo 9: Corre para ganar, no para participar

El apóstol Pablo, un tanto famoso estos días en el mundillo cristiano por una película que se hizo sobre su vida, dijo algo clave en su primera carta a la gente de Corinto. Usualmente utilizo el verso al final de cada reflexión de bolsillo, pero hoy debo empezar con él:

¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar!

1 Corintios 9:24

La ciudad de Corinto, donde vivían los corintios, era sede de los Juegos Ístmicos, en los que se celebraban varias competiciones, incluida la carrera o el pentatlón. Pablo estaba hablando de algo que la gente de allí conocía.

Los corintios veían los juegos cada dos años, veían premiaciones, coronas de pino entregadas a los ganadores. Los atletas no corrían por pasear un rato, ni por distraerse un momento, estaban dedicados a un objetivo: participar y ganar. Pablo usa este ejemplo para hablar de su salvación, para recordarnos que no solo se trata de creer, sino de vivir una vida cristiana, incluso lo complementa después diciendo:

Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire.

1 Corintios 9:26

Todo lo que él dice podemos aplicarlo a cada meta de nuestra vida, desde nuestra vida de fe hasta nuestros objetivos académicos, laborales, sentimentales, familiares.

Cada paso que des, de aquí en adelante, debe tener un propósito

Haciendo una excepción a quienes dan todo de sí, hay miles que no se preparan, no se esfuerzan ni se dedican lo suficiente. Claramente Pablo nos recuerda que esto no se trata de lanzar golpes al aire sino de dar cada paso con un propósito. Debemos esforzarnos para ganar, no para participar.

Mil veces he hablado de perder, de que está bien equivocarse, y no me retracto de eso, pero hoy quiero también recordarte que si vas a dar un paso a la vez en tu presente, como está en la reflexión del ocho de mayo (léela haciendo clic aquí) debes dar un paso con propósito hacia una meta, y pensando en ganar, no en perder.

Comunicador, enfocado en trabajo con juventud y adolescencia. Empecé a escribir mi blog de vida cristiana en el 2012. Compartí reflexiones semanales durante 5 años, hasta que en el 2018 decidí dar un paso más y decidí crear Reflexiones de bolsillo, un sitio web donde escribo junto a grandes amigos sobre adolescencia, juventud, fe, Dios y vida cristiana.

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