Sea una tesis, un proyecto, una relación sentimental, un trabajo, una despedida, todo requiere pasos, pero no podemos darlos todos enseguida, la vida es un paso a la vez.
Escribo esto el lunes 7 de mayo, inquieto por un par de proyectos para este año en julio, agosto, diciembre y enero 2019. Me gusta soñar, planificar, proyectar, imaginar, y frecuentemente me ahogo en los pensamientos que tengo. Empiezo a frustrarme porque pienso que no será posible hacer nada de lo que planeo, y en ese momento debo recordar que si no hago algo, no podré alcanzar nada.
Ese algo puede ser empezar arreglando el desorden, resolviendo un pendiente, haciendo esa llamada o enviando aquel mensaje que olvidaste enviar. Si es en tu vida emocional, quizá debes decir algo o decidir esperar, pero angustiarte no acelerará las cosas.
Hacer una pausa también es dar un paso, porque es recordarnos que no todo depende de nosotros, que necesitamos descansar y confiar en Dios.
Carrera de caballo, parada de burro
Esa frase me decía mi papá cuando veía a alguien dar demasiados pasos a la vez. Salían corriendo como un caballo en la línea de meta, y en poco tiempo renunciaban a su objetivo, por cansancio, por falta de guía, porque no escucharon un consejo. Incluso si debes tomar una decisión pronto, da un paso a la vez.
Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy
Mateo 6:34