No siempre puedes vencer tus miedos, pero siempre puedes aprender a convivir con ellos.
Hay miedos que pueden ser vencidos, sin duda alguna, pero hay otros miedos que son como las arañas en casa: de cuando en cuando aparecen, te paralizan y debes elegir qué hacer: quedarte quieto o tomar una decisión.
Tengo miedo a las alturas, lo descubrí hace unos años.
No tengo problema en subirme en un árbol, pero sí en mirar abajo desde la azotea de un edificio de 5 o más pisos. Empiezo a dudar de mis capacidades para huir, pienso que si alguien se acerca, podría caerse. Hace un tiempo, me dijeron que eso se llama vértigo.
Pensé que podría superarlo, así que empecé a subir a otros edificios altos, a pararme al filo de terrazas y mirar abajo esperando que dejara de sentir miedo, pero no sucedió así. Sigo con miedo cuando estoy ante el vacío. Así que entendí algo clave de la vida: no siempre puedo vencer mis miedos, pero cuando no pueda vencerlos, debo aprender a convivir con ellos.
Ante el miedo, reconoce donde está tu confianza
Hay un par de ideas que pueden servirte
- Reconoce tu miedo (En mi caso: Tengo miedo a las alturas)
- Piensa si algo está en riesgo (En mi caso: Pienso y me doy cuenta que no, que no me voy a caer, que estoy seguro, que no hay nada de qué temer)
- Identifica en dónde está tu confianza (En mi caso, estoy sobre un piso de hormigón, con una pared que no permitirá que me caiga, no hay manera de caer)
- Decido y actúo (En mi caso, decido quedarme un momento ahí, buscando tener calma, reconociendo las circunstancias y que no va a pasar algo. Cuando han sido arañas, he tenido que sacarlas del dormitorio o enviarlas al cielo de las arañas)
La Biblia dice
En el día que temo, yo en ti confío
El escritor no dice: En el día que temo, yo venceré sobre mis miedos porque soy más fuerte. El momento del miedo, reconoce donde está su confianza.