¿Eres de aquellos que le buscan una explicación a lo que pasa? Curiosos por naturaleza, buscamos la razón de lo que sucede, hasta que nos encontramos con situaciones que no logramos describir, ni entender. Quizá eres alguien que, hasta que no entiendas lo que sucede, no quieres tomar una decisión.
Muchas veces nos paralizamos hasta tener una explicación. Imagínate a mis papás, tenían un poco más de 2 años de casados y su hija de 8 meses falleció. Una mala práctica médica, intenciones de familiares de enjuiciar al responsable, pero sobretodo, el dolor de la pérdida, de no poder controlar todo lo que sucede. ¿Hay alguna explicación para eso?
Muchas cosas tendrán sentido algún día, otras no.
Hay una diferencia entre responder preguntas sobre lo que sucedió y estancarnos en la espiral de la ansiedad. Cuando perdemos un ser amado, nos preguntamos qué pasó, revisamos el diagnóstico médico, pero cuando la ansiedad de querer saber nos ahoga, empezamos a preguntar ¿por qué a mi?, ¿qué hice yo para que me pase esto?, «quienes lo hicieron van a pagar».
Una parte de confiar en Dios es entregar lo que no entendemos, así, sin entender lo que sucedió, y descansar en que Dios trabaja en nosotros y a través de las circunstancias. Muchas cosas tendrán sentido algún día, otras no, y aunque queramos detenernos y buscar evidencias o pistas, necesitamos recordar que la vida continúa aunque no entiendas lo que sucede.
La ansiedad de saber más puede ser como la polilla que muerde el mueble, muy poco cada día, hasta que todo se desploma. Necesitamos confiar en Dios al punto de descansar en él, a pesar de no tener todas las respuestas, sabiendo que él es nuestra paz, y que mientras nosotros vemos una parte del cuadro, el mira todo el panorama de nuestra vida.
Dios no nos prometió responder todas nuestras preguntas, pero sí ser la respuesta a los temores de nuestra vida, incluido el temor a no saber más, a no entenderlo todo. Él es la verdad que puede calmar nuestras mentes inquietas y preocupadas.
Haz una oración y cuéntale a Dios qué es aquello que no entiendes. Pídele que ponga paz en tu corazón, más que una respuesta a lo que pasó.
Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios,
porque él cuida de ustedes.1 Pedro 5:7