Hoy me detuve por un momento, vi donde estaba y a donde iba. Creo firmemente que luego de recorrer un camino es importante identificar todo aquello que lograste superar y así recargarte para lo que deseas alcanzar.
No es raro que al ver hacia atrás pienses en lo “que pudo haber sido” y quieras imaginar como sería hoy tu vida si hubieras decidido distinto, si te hubieras quedado en un lugar o si esa persona no se hubiese ido.
En mi caso, miles de cosas llenaron mi mente y acepto que sentí un cierto tipo de ansiedad al intentar pensar en qué es lo que perdí y lo que no podré tener, y entonces me di cuenta que el concepto de la niña, joven y mujer que yo debía ser estaba marcado por la opinión de gente que no entendía ni la mitad de mi vida.
Cada una escribe su historia al tiempo que desea
Al pasar de estos años he aprendido que cada uno viene escribiendo su historia al tiempo que desea, que nada ocurre igual para nadie y que al final la abundancia de esas historias sobre lo que te paso y no, forman un maravilloso tú.
Hoy pienso en la mujer que debería ser…
- Debería ya tener una familia
- Debería pensar en nombres para mis hijos y no dejar “pasar el tren”
- Debería tener la casa, el perro y la hipoteca
- Debería haber vivido ya lo suficiente de mi misma como para querer vivir con alguien más
- Debería invertir en algo seguro por que luego una se hace «vieja» y no tendré oportunidad.
Es gracioso verme tan lejana de todas esas cosas, es gracioso pensar que si hubiera querido cumplir con el “horario” lo hubiera hecho, pero estoy segura que se hubiera convertido en la peor decisión de mi vida. Es por eso que admiro a las mujeres que han llegado al lugar donde quieren estar sin tropezarse tanto. Lo único que espero es que estén en ese lugar por amor a sí mismas, que no hayan querido llenar los zapatos de nadie más y que al mirar hacia atrás en cada recuerdo siempre quieran llegar al mismo lugar.
Admiro también a las que están intentando acomodar lo logrado, bravo por esas mujeres que saben que no se darán por vencidas ni aceptarán menos de lo que necesitan y merecen.
Si hoy estas pensando en que es lo que te falta hacer para ser la persona que “deberías ser”, hazlo por amor propio, que nadie te de una receta ajena, que nadie te llene la cabeza de requisitos por cumplir para sentirte feliz.
Hoy tengo claro que en unos años lo único que voy a querer ser, es ser más yo.