Febrero 4: Arriésgate a volver a casa

Una de las dudas más grandes de la vida es si debemos o no regresar a casa después de un error, de haber fallado.

Recuerdo una ocasión en la que me equivoqué, cuando tenía 15 o 16 años. Me sentía decepcionado, avergonzado, roto, dañado, un poco desesperado como dice Andrés Cepeda. Me daba vergüenza volver a casa.

El trayecto en el bus fue el más largo de la vida, aunque apenas eran 30 minutos y la idea de huir o esconderme pasaba por mi cabeza. Decidí ir a casa.

Según Lucas 15, Dios nos espera aún cuando nos hemos ido lejos y tenemos miedo de volver. No es que Dios nos premia lo malo que hicimos, sino que se alegra de que su hijo esté nuevamente en su hogar, a donde pertenece.

Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.

No importa que tan lejos estás, lo que hiciste o lo que dijeron de ti. Siempre podrás regresar a casa.

Comunicador, enfocado en trabajo con juventud y adolescencia. Empecé a escribir mi blog de vida cristiana en el 2012. Compartí reflexiones semanales durante 5 años, hasta que en el 2018 decidí dar un paso más y decidí crear Reflexiones de bolsillo, un sitio web donde escribo junto a grandes amigos sobre adolescencia, juventud, fe, Dios y vida cristiana.

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