Febrero 19: Vivir sin temor

Vivimos en un mundo que le tiene miedo a todo. No sales porque la delincuencia está terrible, porque al hijo de la vecina de tu compañero de trabajo le robaron. Estamos en un estado de alerta permanente, pensando que somos los siguientes.

Es complicado vivir sin miedo en países donde la televisión solo muestra asesinatos, robos, violaciones. Los noticieros no son noticieros, son pregonadores del mal, como si les pagaran por decir cuan mal está todo.

Amo a Dios, confío en Dios, pero me cuesta vivir sin miedo. Quizá te identificas conmigo. Tienes un temor constante sobre tu familia, tus pertenencias, tu trabajo. Es desgastante vivir así.

El miedo te roba la paz

Hay una diferencia entre ser precavido y vivir con miedo. El precavido toma decisiones pero descansa, confía; mientras que quien vive con miedo está siempre pensando que algo malo sucederá.

David, el rey, tenía enemigos que querían traspasarlo con una lanza, y en medio de su preocupación permanente, un día decide confiar y hace una oración que es bonita, pero es la oración de un perseguido que entendió que Dios es quien lo cuida.

En paz me acostaré y dormiré,
porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo.

Salmo 4:8

Comunicador, enfocado en trabajo con juventud y adolescencia. Empecé a escribir mi blog de vida cristiana en el 2012. Compartí reflexiones semanales durante 5 años, hasta que en el 2018 decidí dar un paso más y decidí crear Reflexiones de bolsillo, un sitio web donde escribo junto a grandes amigos sobre adolescencia, juventud, fe, Dios y vida cristiana.

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