En Ecuador hay dos palabras que tienen demasiado poder y no nos hemos dado cuenta: es que. Cuando suponemos algo, esas 5 letras son el ingrediente principal.
¿Por qué es peligroso suponer? Porque crea realidades alternas. No llamas a alguien porque supones que él te llamará. No confrontas porque supones que el otro se da cuenta de su error. No pides perdón porque supones que no fue ofensivo lo que dijiste.
Hay una explosión cuando la suposición choca con la realidad.
Cuando esa explosión sucede el es que.
- Es que pensé que…
- Es que yo creía que…
- Es que tú…
- Es que yo quería que…
- Es que ella debería saber que eso es lo que quiero, le debe nacer, no le tengo que decir.
¿Cómo evitamos el peligro del suponer? Hablando claro. Nada más.
- Me parece que te molestó lo que dije, ¿Fue así?
- Quisiera que hagas esto por mi
- No me gusta que me digas de esta manera
Es cierto, los ecuatorianos no confrontamos por naturaleza, pero podemos empezar por decir las cosas claramente, no esperando que el silencio o la indiferencia hablen por nosotros.