Dios no juega al ajedrez – Parte 1

Cuántas veces hemos escuchado historias de personas que por alguna razón iban a tomar un tren, un bus o un avión y no pudieron hacerlo, en su momento se lamentan porque pierden tiempo o dinero, pero por esas cosas de la vida resulta que ese medio de transporte posteriormente sufre un accidente. Muchas veces atribuímos estás cosas a la providencia divina y pensamos que Dios nos ha librado de ese accidente.

El atraso, la impuntualidad o el tráfico se convierte en un milagro, a veces ni siquiera nos detenemos a pensar en todos aquellos que no fueron tan afortunados como nosotros, porque sí lograron subirse al avion o al autobus, ¿qué pasó con ellos? ¿por qué Dios no les ayudó igual que a nosotros?

«Dios así lo quizo», «es parte de un plan perfecto de Dios», «Dios quiere que su familia se acerque a él» o peor aún «Eso les pasa por pecadores». Por tradición aprendimos a asignar todos los acontecimientos de la vida con un plan divino, asumimos que todo tiene un sentido y que las cosas pasan porque Dios así lo quiere y sin quererlo mostramos una imagen complicada de Dios. Con el fin de encontrar consuelo y darle sentido al sufrimiento, hacemos que Dios se vuelva un ser arbitrario y con un plan que parece ilógico para nosotros. 

Me pregunto si este intento de darle sentido a todo no es más que una absurda forma de justificar el sinsentido de la existencia humana, y como en muchos casos, quien queda mal es Dios.

Creemos que Dios actúa de forma directa en la vida humana, interviniendo en ella sin intermediarios y asumimos que actúa de forma universal, pensamos que nada se escapa al control de Dios y que todo sucede por su aprobación o negación. Es como que Dios jugara al ajedrez con la vida humana, donde él mismo mueve piezas balncas o piezas negras según su conveniencia o mejor dicho, según el plan perfecto que tenga para cada uno de nosotros. De esta forma seríamos simples marionetas que Dios dirige y mueve según su providencia.

¿Realmente esta es la imagen de Dios que encontramos en los evangelios? ¿Que tipo de religión es esta que tiene como Dios a un ser arbitrario y hasta dictador? ¿Presentó Jesús esta imagen de Dios?

La verdad es que podemos encontrar Biblia para responder de forma positiva y también de forma negativa a las preguntas formuladas, todo dependerá de la interpretación que hagamos de los textos bíblicos. Nos guste o no, la Biblia está abierta a la interpretación, generalmente nos acercamos a ella con prejuicios doctrinales y eso hace que nuestra forma de interpretarla se limite.

Por experiencia personal me ha costado creer que todo lo que sucede en esta vida es porque Dios así lo quiso o porque lo decidió así por mi propio bien. El sufrimiento, la pérdida de un ser querido o la derrota no creo que sean el medio que Dios utilice para acercarnos a él o para hacernos mejores, tampoco podría aceptar que esa es su forma de mostrarnos su amor.

¿Cómo podríamos entonces entender el actuar de Dios en este mundo? ¿Si dejamos de creer que Dios interviene de forma directa en la vida humana no estaríamos negando lo que en la Biblia dice? ¿que papel juegan los seres humanos en el actuar de Dios? ¿Si Dios no interviene para que lo necesitamos? ¿podríamos creer en un Dios que no interviene de forma directa en nuestras vidas?

Muchas preguntas pueden surgir con este tema y será difíl responderlas en este corto artículo, así que seguiremos reflexionando al respecto la seguiente semana. No dejes de leer la segunda parte de esta artículo.

Hondureño viviendo en Quito, Ecuador. Fundador del proyecto El Arte de Vivir. Licenciado en teología y educador. Apasionado por la vida, entregado a la reflexión y dedicado a formación de las nuevas generaciones. Escritor de la serie “Antes de renunciar a tu fe” que publicamos todos los domingos en Reflexiones de bolsillo.

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