Aprender es caro, pero no aprender cuesta más

Hace unos meses me encontré en esa situación que quizá la viviste: pagar por una capacitación o pensar que mejor debes ahorrar.

Superaban los $100 dólares entre inscripción, hotel y transporte. Mi presupuesto estaba apretado y no sabía si hacerlo o no. Habían expositores que admiro y que hacen aportes valiosos. Pensaba que ahorrar sería mejor, pero a la vez sabía que las oportunidades no siempre se repiten.

Me arriesgué a apretarme en el presupuesto y fui a la capacitación. Aprendí tanto, pero tanto, que aún no acabo de procesar todo lo que aprendí. En esta época, la información es muy valiosa, la experiencia de otros nos enriquece.

Si haces algo, capacítate. Yo sé que dirás «Jimmy, pero cuesta y yo no tengo ese dinero», y lo sé porque lo he dicho, pero vale la pena vender empanadas o hacer trabajos adicionales para costear tu formación profesional, ministerial, personal. Aprende e invierte en tu aprendizaje.

Parece que es más caro aprender, pero realmente cuesta más no hacerlo porque te cuesta oportunidades, te cuesta crecimiento, te cuesta relaciones nuevas y la falta de herramientas para afrontar la vida te costará aún más que lo que invertirías en aprender.

Nota: He invertido en cursos muy caros para mi ($300 dólares) que me han servido mucho, otros no tanto, y también he pagado por cursos de $10, $30 dólares que me han enseñado demasiado. Algo que entendí a estas alturas no tan altas de la vida es que debemos aprender de todo. He ido a cursos de liderazgo, aprendí ilustración puntillista, también etiqueta y protocolo (un curso gratuito), inglés, y ahora estoy yendo a un taller de 4 semanas sobre adolescencia temprana (10-12 años). Yo no trabajo con preadolescentes, pero nunca está de más aprender algo diferente.

Actualmente estudio Filosofía de la cultura, Sociología de la cultura, que parece que no tienen nada que ver con mi rol como diseñador, conferencista, bloguero o locutor, pero me sirven muchísimo para entender mucha de la teoría que está detrás de todo lo que hacemos en la actualidad. No entiendo un gran porcentaje de lo que dicen mis profesores, pero sigo ahí, aprendiendo y te animo a hacer lo mismo. Incluso si encuentras un taller de pintura en cerámica… ¡aprende!

Comunicador, enfocado en trabajo con juventud y adolescencia. Empecé a escribir mi blog de vida cristiana en el 2012. Compartí reflexiones semanales durante 5 años, hasta que en el 2018 decidí dar un paso más y decidí crear Reflexiones de bolsillo, un sitio web donde escribo junto a grandes amigos sobre adolescencia, juventud, fe, Dios y vida cristiana.

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