Jesús no se definió como un buen maestro o un gran pensador, claramente dijo que él es el Hijo de Dios, y entre varias de sus descripciones, que las leeremos esta semana, hay siete yo soy que Jesús mencionó al hablar de él.
En una ocasión Jesús se define como el pan de vida, que suena muy poético, pero poco práctico, porque estamos acostumbrados a leer al apuro, sin pensar en lo que significa. Así que hoy, iremos por partes, como dijo Jack el destripador.
Soy fan del pan, me encanta el pan, pero el pan que compro no alimenta, solo llena. Es un pan que se infla al prepararse y al comerlo me siento lleno, pero en unos minutos siento hambre de nuevo. Hace unas semanas mis amigos me dijeron que debería comer uno que realmente me nutra, no solo que me llene.
La realidad es que vivimos empachados, pero no llenos
Vivimos comiendo un pan que nos hace sentir mejor por un rato, pero que no alimenta. Peleas, relaciones vacías, sexo sin sentido, mensajes de Whatsapp con gente que nos ilusiona pero no se compromete, dinero, horas interminables de trabajo, nada de eso llena, solo empacha.
Jesús es el pan de vida, y eso quiere decir que si es un pan de vida, ¡entonces da vida! Él es el único en quien encontraremos plenitud y llenura, no obesidad emocional. Es el pan que al ser recibido, deleita, alimenta, llena. Con él no necesitamos nada más, es nuestro pan que nos completa y nos ayuda a crecer.
Elimina de tu dieta emocional lo que no te ayuda, de hecho, que tu único pan sea Jesús.
Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre
Juan 6:35