Hoy hace un año, recuerdo haber estado sobre mi cama envuelta en mantas con la cabeza cubierta y llorando bajito para que nadie supiera.
Recuerdo levantarme a la madrugada solo para arrodillarme en el suelo y decirle a Dios que no podía más, rogarle que se acabe y que al despertarme nada hubiera pasado, o tal vez ni despertar.
Hace un año estaba sentada en el piso preguntándome ¿por qué yo? ¿en serio era tan mala? ¿en serio no había nada para amar en mí? ¿en serio Dios podía hacer algo mejor?.
Al recordar a la Gaby de hace un año, se me llenan los ojos de lágrimas, recuerdo claramente ese dolor no solo emocional sino físico y la desesperación por ver todo resuelto. Hoy decidí tomarme un café con esa Gaby, llorar un poco de recuerdos y luego abrazar a esa mujer que creyó que no lograría reponerse pero que hoy sonríe al verse fuerte.
En ese momento esperé que mí Dios venga entre nubes y trompetas, que un gran milagro hiciera que el tiempo retrocediera y yo continuara siendo feliz. No pasó, y por momentos acepto haber pensado que Dios se olvidó de mí.
Hoy veo el milagro:
- Dios trabajó en mi vida a través de esas lágrimas, me permitió encarar ese proceso para sanar cosas que no sabía qué tenía.
- Dejó que la soledad se quedara solo para demostrarme lo hermoso que es dedicarme versos, canciones y amarme primero.
- Dios puso gente y ahora mi «lista de emergencia» es más grande de lo que era antes, multiplicó a la gente a mi alrededor solo para recordarme su amor, y me permitió pasar por dolor para comprender a otros cuando sufren igual.
Él sabía lo que hacía cuando me permitió decidir por mí llevándome a ser una adulta con el.
El no cumplió las cosas como yo quería, pero claro que hizo milagros, y hoy no puedo estar más agradecida con Dios por las cosas que, aunque me negué, él pudo crear, sanar y levantar. Tengo un Dios paciente y maravilloso.
Puede que hoy tu estés pasando por el dolor, pérdida, ansiedad, tristeza o incertidumbre, puede que hayas repetido varias oraciones pidiendo un milagro en específico, pero hoy quisiera que tu oración cambie, que puedas aprender a ver los diferentes milagros que Dios hace en tu vida.
Cuándo piensas que no pasó lo que tu querías, Dios te permite cosechar más milagros de los que has pedido.