Como una niña

Comprenderán que a mis 29 años, durante mis momentos de dolor he aprendido a controlarme, respirar profundo, detener las lágrimas y verme fuerte, por que “ya soy grande”.

Pero como no siempre, o casi nunca, tengo la razón, leí de nuevo ese versículo en el que Jesús nos pide ser como niños para entrar al reino de los cielos (Mateo 18:3)
Pensé que no solo se refiere a la inocencia, confianza y capacidad de perdonar, sino también a recurrir a ese alguien “más grande” en medio del dolor y miedo.

Durante estos meses en los que no he estado tan bien, reconocí que ante el dolor yo decidí levantarme sola, ignorar qué tenía miedo, y solo repetirme que todo pasa intentando que lo bueno llegue, porque soy adulta y así debe ser.
Me convencí que dejar de llorar era necesario, que para superar el dolor unas cuantas semanas serían suficientes y que no podía demostrar tristeza, pues mi imagen de mujer valiente e independiente se vendrían abajo.

A través de varias personas Dios me recordaba algo:

  • El miedo no significa nada cuando sabes que papá va contigo, el derrota a todos los monstruos.
  • El dolor pasa más rápido cuando lo lloras en los brazos correctos y permites que te sanen. Curar una rodilla raspada no siempre toma tanto tiempo cómo curar un corazón, pero es importante hacerlo. Nunca aceptes que comparen tu proceso de dolor con el de alguien más.
  • No es malo aceptar que necesitas que alguien te acompañe mientras manejas esas emociones, tal como cuándo éramos niños, cuando alguien te lleva de la mano aprendes mejor.
  • Sentir jamás estará mal. Nos volvemos alumnos de las circunstancias y eso nos transforma. Déjate moldear. Acepta que no vas a parar de crecer.

Te invito a ser como un niño, tal vez ya pasó mucho tiempo desde que te sentaste y fuiste totalmente sincero con Dios sobre tus miedos, preguntas y tristezas, tal vez necesitas un tiempo fuera de tu papel de «adulto responsable» para poder llorar sin decir nada y dejarte consolar.
Hoy tómate un café con papá, no tengas miedo por que crecer con él es seguro

Cuencana. Escritora en Reflexiones de Bolsillo. Directora de Comunicación Corporativa. Enfocada en trabajo con jóvenes y adolescentes.

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