Y Pensar que pasaste por Getsemaní, ese lugar de la humanidad.
Gracias Jesús por resucitar y gracias porque sigues salvándome diariamente.
Incluso he perdido la cuenta de las veces que aún escuchando de tu poder, aún siendo testigo de tu proceso en mí, me convertí en ese Pedro que renunció al ministerio y se fue a las redes. Recuerdo aquellas veces que he ido resignado al pantano del desánimo como esos dos discípulos rumbo a Emaús, o esas otras ocasiones que fui como Tomás, pues te he exigido pruebas para apagar mis incredulidades.
Tus alumnos, tenemos déficit de atención complementado con hiperactividad, pero gracias porque a estos olvidadizos alumnos, vuelves a reunirnos. Después de tu resurrección, no abandonaste tu misión como maestro.
Volviste y enseguida reuniste a todos los del salón de clase, los buscaste y los restauraste. Otra vez desde el inicio, ahí en Galilea.
Gracias Jesús por brindarme todas las oportunidades que sean necesarias para graduarme. He escuchado que lo que empiezas , lo continúas y lo terminas.
Por eso te pido que de ser necesario, llévame otra vez a mi Galilea, a esos inicios contigo para así como niño, creerte sin prejuicios.
Y antes de olvidarme, quería decirte: Gracias por llenar esa tumba por amor pero gracias por vaciarla al tercer día por tu poder. Ahora se que la cruz y la tumba están vacías porque tú estás aquí conmigo.