Por una semana, todos veremos lo mismo en televisión y el internet, hablaremos de lo mismo, celebraremos los mismos goles, seremos directores técnicos, asistentes, árbitros en línea, presidentes de la FIFA, padre y madre a la vez.
En ediciones anteriores, estaba muy entusiasmado porque me gusta ver goles y jugadas de playstation. Esta vez seré sincero con ustedes: no estoy muy entusiasmado. Estoy contento porque para muchos el fútbol es lo único que tienen, pero otros ni tienen acceso al fútbol.
Por un mes miraremos a otro lado, dejaremos de discutir la injusticia y pelearemos por penales no pitados; hablaremos de jugadores que ganan millones de dólares con un deporte y nos olvidaremos de la señora que vende flores en la esquina de casa. Por un mes seremos grandes si nuestro equipo gana, y diremos que la próxima será si nuestro equipo pierde.
Me preocupa esa facilidad que tenemos para distraernos.
No me malinterpretes, también veré varios partidos aunque mi país no estará, pero procuremos ser sensibles a lo que sucede alrededor.
Hace varios días veo a una señora vender flores en la esquina cercana a donde vivo. Pasa horas sentada, incluso si hace frío. No sé como no la vi antes. Las flores que ella vende no son mis favoritas, pero nunca está de más dar la mano a quien necesita, mejor si la mano lleva un par de billetes.
Disfruta el mundial, pero por favor, no te quedes mirando a otro lado. No creas que por este mes todos tienen dinero y bienestar. Durante estas semanas alguien seguirá necesitando tu colaboración, quizá ayudar a otros sea el mejor partido de nuestra vida.