Cuando Jesús hacía un milagro, sucedían cosas incalculables, que pasan desapercibidas a nuestro ojo limitado y objetivo.
Si estamos enfermos, queremos ser sanams y oramos pidiendo a Dios que quite las dolencias de nuestro cuerpo. Si estamos en un proceso sentimental dificil, esperamos que se termine o que se arregle, y consideramos que A o B son el milagro que necesitamos.
Cuando estamos enfermos y recibimos sanidad, hay muchos milagros presentes, uno de ellos es la paciencia que desarrollamos, experimentar la paz de Dios, la empatía que generamos con quienes viven lo que nosotros vivimos.
Detrás de un milagro suceden muchos milagros
Detrás del cambio de actitud de un padre está la perseverancia en la oración que se desarrolla con el tiempo que esperamos, está la esperanza que nunca se perdió, creyendo que Dios puede hacer algo más grande.
Abramos un poco más los ojos y el corazón para ver los milagros que suceden cada vez que vemos un milagro
