El perdón es un tema recurrente en los salmos, porque equivocarnos es algo que frecuentemente hacemos.
Hay muchos salmos en los que David pide a Dios que borre su maldad, que lo cuide, que lo libre de sus enemigos, pero en el salmo 32 encontramos una frase para quienes olvidan que Dios les perdonó.
Qué alegría para aquellos
a quienes el Señor les borró la culpa de su cuenta,
los que llevan una vida de total transparencia!
Es difícil vivir con la culpa, David lo sabe y quiza eso es lo que le motiva a recordar que Dios no solo perdona, sino que ¡también deja nuestra cuenta en cero!
Si Dios nos libra del peso de la culpa, nadie puede cargarnos con ella.
Imagina que el juez te dijo que eres inocente. Aunque vengan mil personas a decir que eres culpable, no lo eres. La palabra del juez es más grande que las críticas de los demás.
Si Dios ha dicho que te libera de la culpa, del remordimiento, que tú cuenta está en cero, aunque otros te señalen, eres libre.