Abril 9: Vivir con menos

Si eres latino y lees esto, coincidirás conmigo en que guardamos demasiadas cosas con nosotros, desde las historias de la Conquista Española hasta los botones de camisas que ya no sirven pero mantenemos en una caja por si acaso. Nos cuesta muchísimo vivir con menos de lo que tenemos.

Hace unas horas llegué a Lima, la primera escala en mi camino a Buenos Aires, donde estaré durante los próximos dos años cursando una maestría. Si me preguntas cuál fue la parte más complicada de este proceso, sinceramente puedo decir que empacar fue lo más difícil.

Estoy plenamente convencido de que Jesús vino a liberarnos, y eso es en todo sentido. Nos libera del pecado, de la culpa, pero también quiere liberarnos de ese apego a lo innecesario.

Es complicado vivir con menos de lo que tenemos

Te acostumbras a todo aquello que sobra, que estorba, que incomoda. Vives entre cables, botones, notitas, facturas, libros, cuadernos escolares, tantas cosas que realmente no sirven para nada más que para quitarnos espacio. Ese es el primer problema.

El segundo problema es que, nos acostumbramos a todo eso y pensamos que es parte de nosotros, cuando no es así. ¡qué difícil es vivir con menos!

Vives mirando diplomas, medallas y objetos que te traen recuerdos, los cuales evocan momentos, sensaciones, emociones y sentimientos. Nos cuesta vivir con menos porque tenemos miedo a soltar y abrirnos a nuevas oportunidades.

En otras ocasiones te he animado a renunciar a personas, relaciones sentimentales, pero hoy te invito a mirar alrededor y ver qué es ese algo que te estorba. Pueden ser cosas físicas o emocionales. Las cartas de una relación anterior ya no sirven si no te casaste con esa persona. Los papelitos del pasado son eso, parte del pasado. Incluso los diplomas de momentos anteriores a veces estorban y nos impiden superarnos.

Si quieres algo nuevo en tu vida, ¡debes tener espacio disponible!

 

Comunicador, enfocado en trabajo con juventud y adolescencia. Empecé a escribir mi blog de vida cristiana en el 2012. Compartí reflexiones semanales durante 5 años, hasta que en el 2018 decidí dar un paso más y decidí crear Reflexiones de bolsillo, un sitio web donde escribo junto a grandes amigos sobre adolescencia, juventud, fe, Dios y vida cristiana.

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