Hemos confundido la sinceridad con la imprudencia. Decir lo que queremos, ofender a otros, incluso a las personas que amamos, pedir perdón por Whatsapp, esa es la nueva costumbre y listo, asunto solucionado. ¿Realmente solucionado?
Cada vez es más común la agresión verbal. La leemos y escribimos en redes sociales. Idiota, imbécil, tarado, inútil, loca, bipolar, son palabras tan cotidianas, y con ellas nos referimos a figuras públicas y a nuestros amigos también. Aunque no queramos admitirlo, cuando alguien lastima a otros es porque está lastimado también. Como dice Alex Sampedro: el vaso que corta, es porque está roto.
Es tan normal comparar a otros y decirlo sin problema. El otro día escuché un par de frases:
- Él se merece alguien más guapa. La ex le gana por mucho a la nueva novia
- Eres idéntica a tu mamá/papá/hermana
- Déjame en paz y lárgate
Lo más triste es que, quienes escuchan esas frases han naturalizado tanto ese comportamiento agresivo, que han llegado al punto de justificarlo: él no quiso decir eso, es que está enojado.
Necesitamos personas sin pelos en la lengua, pero sobretodo, con el corazón en el puesto.
Un corazón sano se refleja en la manera en que hablamos de otros. Si estás frecuentemente hablando mal de lo que otros hacen, también estás mal tú, porque se ha convertido en tu sustento y pasatiempo. ¿No es tu vida lo suficientemente valiosa como para hablar mal de los demás?
También es necesario aprender a callarnos sobre lo que no debemos decir. Muchos jóvenes se han acercado a contarme situaciones realmente profundas, y cuando les digo que hablen con sus padres, pastores, líderes, ninguno quiere, porque en otras ocasiones fue traicionada su confianza. Lo que contaron con tanta vergüenza fue divulgado a quienes no debían saberlo. También es propio de un corazón lastimado, lastimar a otros divulgando (o chismeando).
Piensa en alguien de quien hablas con otros de manera negativa. Haz un compromiso de guardar silencio sobre él/ella.
El chismoso anda contando secretos;
pero los que son dignos de confianza saben guardar una confidencia.
Proverbios 11:13