En nuestra cultura latinoamericana, descansar está mal visto. Si te tomas un día de descanso, empiezan las críticas, te tildan de vago o de millonario. Pensamos que debemos ser máquinas que están permanentemente trabajando, haciendo algo.
Dios terminó en el día séptimo la obra que hizo; y en ese día reposó de toda su obra.
Génesis 2:2 RVC
Todo tiene su tiempo, tanto el tiempo de trabajar como también el tiempo de descansar.
Jesús se tomó una siesta, porque estaba cansado. Era así de humano. Se retiraba a las montañas, para recargar fuerzas. Era un Dios que, mientras estuvo en la tierra, se tomaba el tiempo suficiente para descansar.
¿Si el hijo de Dios descansó, por qué tú no lo haces?
Dentro de nuestros horarios, necesitamos separar tiempo para descansar, hacer pausas, compartir en familia o reposar en soledad. La iglesia seguirá ahí mañana, pero tu familia podría no estar si no les dedicas tiempo suficiente. Podrías terminar fundido, frustrado y lejos si no separas tiempo para descansar.
Así como Dios lo hizo, descansa.