Vivir en Ecuador tiene sus ventajas, y una de ellas es la cantidad de fruta que tenemos. Hace unos meses empezó el tiempo de mangos y se han cosechado miles en el país. Aún más sorprendente es saber que incluso el mango tiene un tiempo para dar fruto.
A veces vivimos la vida como si fuera un camino sin sentido: nacer, crecer, reproducirse (si eso buscas), envejecer, y morir. Esperamos que algo chévere suceda en cada época y listo, se acabó la vida.
La Biblia y la naturaleza nos recuerdan que todo tiene su tiempo, y si los árboles de mango tienen su tiempo para dar fruto, entonces en tu vida también debe evidenciarse el fruto de lo que Dios ha hecho.
Esta palabra ha sido malinterpretada muchas veces. En algunos lugares dicen que has dado fruto cuando traes personas a la iglesia, en otros, te dicen que lo lograrás si traes tu dinero a la iglesia. ¿Qué nos dice la Biblia al respecto? Bueno, encontramos dos categorías: el fruto del Espíritu Santo en nuestra vida, y el fruto al servir a otros.
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley. Y los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Gálatas 5:22-24
Y que aprendan también los nuestros a ocuparse en las buenas obras para los casos de necesidad, para que no se queden sin dar fruto.
Tito 3:14
Dar fruto es algo natural, evidente e inevitable.
La planta no dice «no daré frutos», es imposible. Al contrario, lo hace porque es su naturaleza. Así que, nosotros debemos también dar fruto, no fingirlo con poses y palabras que evidencian un cristianismo vacío.
El mayor fruto es mirarnos en un espejo cada día más parecidos a Jesús, por más complicado que eso parezca, pero es posible y necesario. Así como las plantas, debemos ser podados para seguir creciendo.
¿Cuál es el fruto o la evidencia de lo que Dios ha hecho en tu vida?